Capítulo 8 perteneciente a la publicación Longevidad, justicia social y políticas públicas: Miradas interseccionales desde los territorios
Autoría: Rosa Santero Sánchez, Maribel Martínez Martín, Pablo Soria Lavara
La organización social de los cuidados aparece como una cuestión crucial a nivel internacional (OCDE, 2020), al coincidir en el tiempo un aumento de la demanda de servicios, debido al envejecimiento dela población y a una mayor longevidad, con una disminución de las prestaciones sociales (Rodríguez Cabrero, 2011). Esto ha supuesto que el volumen y nivel de dependencia de cuidados de larga duración supere la capacidad del estado del bienestar de países que, hasta hace pocas décadas, podían atender estas necesidades, generando una crisis de los cuidados. En este marco, el objetivo de esta investigación es profundizar, analizar y detallar cuál es la posición que ocupan, en la actualidad, las empresas y entidades dela Economía Social que prestan servicios vinculados a la economía de los cuidados en el Principado de Asturias, un sector en crecimiento con oportunidades de empleo y de emprendimiento. La aproximación metodológica es mixta: cuantitativa, centrada en la medición del peso del sector, a partir del número de empresas y empleo; y cualitativa, para obtener una valoración de la situación del sector, a través de entrevistas en profundidad y grupos de discusión, con representantes de la oferta y demanda de cuidados y personas expertas en servicios sociales e innovación social. Los principales resultados muestran que el sector ha experimentado un crecimiento, tanto en empresas como empleo, donde la economía social tiene un peso reducido en el conjunto, pero una importante representación por zonas geográficas. La valoración de sus representantes pone de manifiesto que las condiciones de la contratación pública favorecen la adjudicación de servicios a grandes empresas, y que la Economía Social queda relegada al ámbito rural. Se identifican obstáculos específicos en el desarrollo de su trabajo que lastran la rentabilidad económica y afectan a las condiciones de trabajo, especialmente de las trabajadoras socias, que suplen las carencias señaladas a través de su tiempo y su esfuerzo personal. Sin embargo, queda patente también que la Economía Social es decisiva en el nuevo modelo comunitario de cuidados, y que éste puede ser una vía para el emprendimiento y el empleo femenino a nivel local.